La criminología es una ciencia
interdisciplinar cuyo cometido es el estudio del delito y todos los elementos
que lo rodean. Concretamente, estos elementos son: el delincuente, la víctima y
los medios de control social, tanto formales como informales. De este modo, la
criminología trata de ahondar en las causas que llevan a un individuo a
delinquir, es decir, los factores que propician el delito.
Existe una gran cantidad de
tipologías delictivas en el mundo actual, todas ellas objeto de estudio de la
criminología. Conviene resaltar que el delito es siempre un hecho social, cada
sociedad sanciona y castiga determinadas conductas y las define como
“antisociales”, apartadas de la cultura característica de esa colectividad. Es
por ello que un mismo comportamiento puede constituir un delito en un
determinado país, y con tan solo cruzar un puesto fronterizo esa conducta puede
estar completamente despenalizada. El delito no es un fenómeno independiente,
sino que va ligado a la cultura, la historia y la tradición de las sociedades.
Por tanto, el saber criminológico debe tener una visión holística y objetiva,
capaz de empatizar y entender el delito en sus distintas manifestaciones, en
relación con el entramado sociocultural en el que se encuentra inmerso.
No obstante, parece haber
determinadas tipologías delictivas que constituyen la excepción que confirma la
regla. Podemos encontrar delitos que superan esas barreras culturales que
definen qué debe ser castigado. Conductas socialmente rechazadas en la mayor
parte del globo terráqueo que ponen de manifiesto lo que se suele llamar “aldea
global”, pequeñas semejanzas que sugieren la existencia de una sociedad única,
mundial.
Tal es el caso del terrorismo, un
fenómeno global capaz de mantener en vilo a un gran número de países al mismo
tiempo, capaz de unir a millones de personas para gritar en su contra. Este
terrorismo está presente, en mayor o menor medida, en todos los continentes y
afecta a casi todas las naciones, que elaboran sus propios planes de lucha
contra el mismo.
Definir el terrorismo es una
tarea muy dificultosa, pues según los ideales de cada persona pueden quedar al
margen unas conductas que para otros son parte esencial del fenómeno. Cada país
emplea su propia definición, mediante la cual coloca la etiqueta de terrorista
a quien realmente lo es o a quien le interesa criminalizar y liquidar, por
diversos motivos, fundamentalmente políticos. Aun con estas dificultades, se
pueden encontrar varios puntos comunes que caracterizan el fenómeno terrorista.
De este modo, el terrorismo es aquella tipología delictiva caracterizada por
una serie de actos violentos con la finalidad de infundir el miedo y el terror
en una determinada sociedad o a un determinado colectivo, del que se busca una determinada acción o la abstención de su
realización. Calduch Cervera define el terrorismo como “una estrategia de
relación política basada en el uso de la violencia y de las amenazas de la
violencia por un grupo organizado, con objeto de inducir un sentimiento de
terror o inseguridad extrema en una colectividad humana no beligerante y
facilitar así el logro de sus demandas”. Gran parte de los autores que tratan
el tema coinciden en señalar que los motivos que propician la actuación
terrorista son eminentemente políticos. En último lugar cabe señalar la
definición que realiza la Organización de las Naciones Unidas, puesto que es la
garante de los derechos de las personas en todo el mundo. Para esta, el
terrorismo es “cualquier acto, […] destinado a causar la muerte o lesiones
corporales graves a un civil o a un no combatiente, cuando el propósito de
dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u
obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o a
abstenerse de hacerlo”.
Llegados a este punto, se puede
constatar que la relación entre la ciencia criminológica y el terrorismo se
hace más que obvia. En su camino hacia el estudio del delito, la criminología
puede y debe tratar el fenómeno terrorista, puesto que se trata de una de las
formas de criminalidad más globales y transversales que existen. La definición,
los orígenes, el fundamento ideológico y doctrinal, los métodos, las personas
que lo llevan a cabo… El estudio de todo ello se hace indispensable para
entender una manifestación global de la violencia que estremece a las
sociedades con cada nuevo acto. Actos diarios que suceden a lo largo y ancho
del mundo pero cuyas repercusiones se encuentran sujetas al lugar donde se
producen.
Por todo ello, en este blog, el
terrorismo será uno de los temas que trataremos con más profundidad, tratando
de realizar análisis lo más exhaustivos posibles de sus características antes
citadas y así contribuir, desde nuestros humildes conocimientos, al estudio de
uno de los fenómenos más trascendentales del mundo actual.
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