El proceso de definición del fenómeno terrorista es una
tarea ardua que plantea no pocos quebraderos de cabeza. Se puede afirmar con
claridad que existen tantas definiciones de terrorismo como estudiosos que han
tratado el tema, pues cada autor trata de dotar a su definición unos matices
que hacen especial hincapié en unos aspectos concretos, cuando no tratan de
abarcar todo el fenómeno al mismo tiempo.
Sin embargo, todas las definiciones presentan unas notas
comunes que caracterizan al terrorismo en todas sus manifestaciones, y lo
distinguen de otras formas diferentes de criminalidad. Esas notas son las
siguientes:
- Violencia: Nos encontramos explícitamente con el terrorismo cuando este se manifiesta en acciones, mediante la violencia tanto física como psicológica. Para poder hablar de terrorismo deben darse una serie de actos o un único acontecimiento, ya que, por sí solo, un individuo no es un terrorista si no ha realizado un acto de terrorismo, a lo sumo puede tratarse de un “potencial terrorista”. De este modo, una ideología no es terrorista, aunque puede constituir una fuente de terrorismo si así se demuestra en la práctica.
- Terror: Esta palabra es la que da nombre al fenómeno y por ende, constituye una de sus características fundamentales. Procede del latín y denota un miedo especialmente intenso, un miedo que se produce a consecuencia de la violencia anteriormente señalada y que atemoriza a la sociedad que la sufre. El terrorismo busca generar pánico para, de este modo, alcanzar sus objetivos.
- Motivos políticos: Se trata de la finalidad por la cual se ejerce el terrorismo, que no es otra que la satisfacción de demandas políticas. La mayoría de la doctrina coincide en señalar que el terrorismo siempre tiene lugar por aspiraciones políticas o de poder. Así, aunque luego se haga una diferenciación en cuanto al terrorismo de Estado, la base es eminentemente política, es decir, en todas las ocasiones se emplean la violencia y el terror para satisfacer unas ambiciones concretas, relacionadas con la política y el poder.
Tras haber desgranado estas nociones esenciales, podemos
realizar una definición de terrorismo muy general, que serviría de marco para
otras definiciones más desarrolladas. Así, el terrorismo es, esencialmente, el
empleo de la violencia para infundir el terror en una sociedad con la finalidad
de alcanzar un objetivo político.
Ahora bien, una vez definido el terrorismo de manera
general, se pueden añadir los matices a los que nos referíamos al comienzo, que
ya dependen de cada autor y su particular visión de los acontecimientos. De tal
modo, por ejemplo, la Organización de
Naciones Unidas (ONU) especifica que el terrorismo solo tiene cabida cuando
la violencia se ejerce contra “un civil” o “un no combatiente”, lo que supone
el rechazo a hablar de terrorismo en conflictos bélicos. Por tanto la ONU
define el terrorismo como “cualquier acto, […] destinado a causar la muerte o
lesiones corporales graves a un civil o a un no combatiente, cuando el
propósito de dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una
población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar
un acto o a abstenerse de hacerlo”. Normalmente se toma esta definición como
base en el panorama internacional, ya que procede de un organismo que
representa a todos los países del planeta, no obstante, muchos de ellos
prefieren seguir su propia tesis. Por otro lado, el profesor Calduch Cervera señala que el
terrorismo es perpetrado por “un grupo organizado”, excluyendo así la actuación
de los llamados “lobos solitarios”, que actúan por su propia cuenta y riesgo
sin ninguna ayuda externa. De tal modo, el Dr. Calduch define el terrorismo
como “una estrategia de relación política basada en el uso de la violencia y de
las amenazas de la violencia por un grupo organizado, con objeto de inducir un
sentimiento de terror o inseguridad extrema en una colectividad humana no
beligerante y facilitar así el logro de sus demandas”. Esta idea parece
corroborarse en la tercera acepción que proporciona la Real Academia Española en su definición de terrorismo, que, además,
refleja las características fundamentales del fenómeno en las otras dos
acepciones:
Terrorismo
1. m. Dominación por el terror.
2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.
3. m. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo
común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.
Existen, como ya hemos mencionado, múltiples definiciones
del terrorismo, pero todas ellas comparten los elementos esenciales que se han
definido: violencia, terror y motivos políticos. Muchas formas de definir un
fenómeno que lleva sucediendo desde siglos atrás y que, por desgracia, aún
sigue atormentando a todas las sociedades. Porque si hay algo que comparten
todas las comunidades, prácticamente todos los países, es el terrorismo. Un
fenómeno tan internacional como perjudicial.
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