EL
ATENTADO
El sábado 14 de octubre tuvo lugar
en Somalia el peor atentado terrorista de su historia. El suceso, llevado a
cabo en la capital del país, Mogadiscio, se desarrolló mediante la explosión de
un vehículo bomba. El atentado se produjo a las 15:00 (hora local) en la zona
PK5, en una de las calles más concurridas de la ciudad y cerca del conocido
hotel Safari, que quedó derrumbado tras la explosión. Se saldó con un gran
número de víctimas (al menos 315 fallecidos y 300 heridos) debido a la cantidad
de restaurantes y comercios que alberga la zona y al momento clave en el que
sucedió (máxima actividad y concurrencia de gente).
El camión fue cargado con cientos
de kilogramos de explosivos y lo llevó hasta el centro de la capital. Se intuye
que el objetivo era el Ministerio de Exteriores de Somalia pero el vehículo fue
detenido durante el camino en uno de los puestos de control policial. Antes de
ser registrado, el conductor aceleró hasta estrellarse con una barrera tras
cuyo impacto explotó el camión. La explosión llegó a un camión cisterna cargado
de combustible provocando que este también estallara.
EL/LOS
AUTOR/ES
Ningún grupo terrorista se ha hecho
autor de los hechos aunque todo apunta al grupo Al-Shabaab, filial de Al-Qaeda
en Somalia, debido a que el mismo prometió aumentar los ataques en el país
debido al acuerdo de colaboración entre Somalia y Estados Unidos, que tras la
llegada de Donald Trump, se ha intensificado la acción en Somalia mediante
drones (aunque Donald Trump mantiene, a la vez, un veto de entrada migratorio a
EE.UU a los somalíes). Por otro lado, algunos expertos apuntan que el atentado
podría haber estado motivado por venganza. Además, un reciente estudio de la
ONU establece que «en la mayoría de los casos, la acción estatal parece ser el
factor principal que empuja a las personas al extremismo violento en África»
haciendo que la gente se una a grupos radicales no por afinidad ideológica sino
por motivos personales y se baraja la hipótesis de que el terrorista
responsable de los atentados, exsoldado somalí, actuase por dicha motivación
debido a un ataque organizado por Estados Unidos donde se mató a varios vecinos
de su pueblo natal. No obstante, ambas hipótesis no son excluyentes entre sí.
A todo esto se le suma la
intervención de Kenia, su vecino inmediato oriental, que si por él fuera no
intervendría al igual que el resto de países pero que se ve obligado a hacerlo
por la cercanía de los terroristas a su frontera, lo que le ha llevado también
a ser víctima de algún que otro atentado por este mismo grupo.
AL-SHABAB
Y SOMALIA
Al-Shabaab es un grupo terrorista
de corte salafista yihadista que se creó hace poco más de una década y que en
2012 hizo pública su adhesión a Al-Qaeda. Desde 1991 Somalia ha vivido en un
estado ininterrumpido de desorden, violencia y fragmentación. Diversas disputas
entre clanes y señores de la guerra provocaron el derrocamiento del dictador
Mohammed Siad Barre, sin lograr ninguno imponerse como líder sobre el resto.
Por ello y otras circunstancias, Somalia queda invadida por una pobreza
endémica y cuantiosas hambrunas, destrucción de infraestructuras,
gobernabilidad precaria (si la hay), etc. En 2004 se pone en marcha, por los
diferentes líderes de las facciones políticas, la decimocuarta iniciativa planteada
desde 1991 para establecer un gobierno y un sistema parlamentario con el
objetivo de la reconciliación nacional.
A mitad de ese mismo año surge el
movimiento armado Unión de Tribunales Islámicos (UTI), que no es más que un puñado
de grupos islamistas que se habían conformado como única fuerza capaz de
proporcionar un mínimo de estabilidad en algunos barrios de Mogadiscio. Sin
embargo, la UTI no tiene sentido sin al
Itihaad al Islamiya (Unión Islámica) ni su secuela Harakat al Shabaab al Mujahideen (Movimiento de jóvenes combatientes
por el Islam).
Al
Itihaad Islamiya surge en los años ochenta como un grupo de
activistas que se proponen derrocar el régimen de Siad Barre. Una vez
conseguido el objetivo viajan a Afganistán, donde consiguen relacionarse con
al-Qaeda y recibir formación en el uso de armas y explosivos. Cuando regresan a
Somalia se establecen en un campo de entrenamiento en la misma capital, donde
con el apoyo de algunos de los líderes de la ya desaparecida al Itihaad, al Shabaab pone a cientos de
militantes en la UTI consiguiendo la victoria sobre los señores de la guerra de
la capital y convirtiéndose en una clase de élite armada. En este punto, la UTI
se hace con la capital y sus fuerzas se extienden rápidamente durante el 2006
hasta alcanzar amplias porciones de todo el país, haciéndose fuertes, sobre
todo, en el sur.
La capital fue recuperada por la
acción de la ONU y la GTF pero no sin antes producir, tras la huida de los líderes
de la UTI, que la misma se fragmentara en dos: la Alianza para la Re-liberación
de Somalia (ARS) y al Shabaab, de corte más beligerante y radical.
Aunque quiso alejarse del radicalismo
para facilitar la captación de adeptos, al Shabaab se propuso, tras la invasión
etíope, expulsar a todo invasor extranjero y la unificación de un Estado bajo
las «leyes de Alá». En 2007 al Shabaab también manifestó su deseo de expulsar a
los cristianos y purificar todo el Cuerno de África así como de apoyar a otros
grupos yihadistas para expandir el Islam a todo el mundo.
CONCLUSIÓN
Somalia y la Comunidad Internacional
han hecho ingentes esfuerzos por estabilizar el país que aún puede ser
denominado Estado fallido. Se está intentando incrementar las donaciones para
evitar hambrunas, corregir la corrupción para favorecer la inversión extranjera
y se ha modernizado los buques contenedores a la vez que se intenta mejorar el
puerto, elemento importante para construir una economía. Sin embargo, las
divisiones de clanes y la presencia de grupos terroristas aún hacen difícil la
consecución de la paz y la estabilización del Estado. No obstante, los
atentados como los de Somalia nos recuerdan que las principales víctimas del
terrorismo yihadista son los propios musulmanes.
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